Huracán
Bolivariano.
agradeciendo la publicación del articulo, nota
El “Huracán
Bolivariano”, recuerdo esa frase a pesar de lo joven que era, muy
característico de tu personalidad con jocosidad y regocijo agarraste unos binoculares y viste al fondo de tu avenida, tu sitial de
honor para las mas contundentes expresiones de fervor y amor hacia tu persona y
tu política, aquella extensa avenida Bolívar que en más de una ocasión fue
testigo de tu liderazgo y refugio de todos tus seguidores. No te recuerdo,
cuando saliste a la palestra pública apenas tenía 2 meses de nacido por lo que
tu famoso “por ahora” no pude vivirlo de la manera en cómo me hubiese gustado
vivirla. Saliste en el año 94, este niño de apenas 2 años seguía sin tener
conciencia de lo que significaría esa salida, ese
renacer.
Crecí viendo
solo una parte del país, una sola percepción de la realidad, una sola cara de
tu persona. Te proteste todo, dentro de mi juventud te reproche todo lo que hacías,
te ajusticie hasta más no poder, sin comprender lo que tu convicción intentaba
transmitir. Recuerdo el día que le reprochaba a cercanos el ser fieles a tu
propuesta, a tu idea, sin entender realmente lo que ello significaba.
Un día decidí
leer sobre tu gesta, leer sobre tus acciones, sobre tu vida, sobre tus
vivencias, ya con un cierto grado de madurez empecé a entender lo que un día te
reproche. Compartir con una persona que es radical con tu pensamiento me
facilito la labor de entender el porqué eres el “Huracán Bolivariano”, sin
embargo, considere prudente mantenerme aun al margen de lo que tu duraste años
en construir.
Fue difícil,
incluso mi primer voto en alguna elección lo hice en contra, cosa de la cual
hoy en día me arrepiento enormemente. Esta decepción y los diferentes
acontecimientos que se iban presentando me permitieron de una vez por todas
unirme a esa batalla ideológica que tú pregonaste y que durara y quedara viva
en la historia venezolana.
Fue hasta un día
extraño, recuerdo que en contra de mi voluntad, embargado de mi característica
flojera tenía cierta convicción de no asistir al día mas importante de mi vida
en el ámbito político. Llegando a la estación teatros me cambio el semblante, inconscientemente
empecé a sentir cierta emoción por el ambiente que me rodeaba, la cara de tus
fieles, el sentimiento de tu gente. Todavía sin comprender lo que pasaba y
entre rumores me postre (muy bien acompañado) en la plaza O’Leary a la espera
tensa de lo que ocurriría ese día. Aproximadamente a las 4pm las primeras caras
de cierto desconcierto pero de mucho apoyo cambiaron radicalmente a rostros de
alegría, mucha gente abrumada e incrédula a pesar de estar años viviendo la
misma situación, probablemente sabiendo lo que sería uno de tus últimos paseos
triunfales por las calles capitalinas. Al fondo entre un mar de gente venía
bajando el “Huracán Bolivariano” quien fue capaz de superar cualquier
adversidad, retando al destino y a cualquier opinión mal sana sobre tu
presencia. Bajaste y te vi, al líder que muchos admiran y aman e incluso
idolatran, sin necesidad de que me explicaras el porqué, entendí tu misión en
este país, tarde probablemente mucho, sin embargo, no me arrepiento.
No pretendo ser más
chavista que Chávez, ni ser mas revolucionario que muchos porque además esa
mención me queda grande, pero desde ese día me comprometí y adquirí la plena
convicción de que siguiendo ese camino me sentiría bien y que haría lo que
pudiera porque esa idea nunca se apagara. Debo agradecer siempre, tengo la
dicha de decir que mi primer voto fue para Hugo Chávez, de haber podido
disfrutarte en una de las batallas más duras que emprendiste, no por tu
contrincante sino por todo ese aparataje que se armo en tu contra. Tu valentía
siempre fue infinita: desafiaste al gobierno adeco-copeyano que nos tenia
destruidos, asumiste una responsabilidad que le cambio la vida a ti y al país, arrasaste
en 16 elecciones, aguantaste cualquier tipo de conspiración en tu contra y
triunfaste con todo y tu adversidad personal como lo fue la enfermedad que
terminaste padeciendo.
Para terminar,
me quedo con una imagen simbólica, uno de los retos más importantes por más
insignificante que la quieran hacer ver: llenaste las 7 avenidas más
importantes de la ciudad capital, pero lo más significante de este hecho fue la
cara de cada uno de los venezolanos que allí se encontraban. La inocencia del
niño que te vio y quiere ser como tú, del joven emprendedor que se compromete
con tu proyecto, del adulto que vive y disfruta tu legado, del viejo que te
agradece por haber llegado a nuestro país. Te fuiste un 5 de marzo, el “Huracán
Bolivariano” ya no en tu imagen sino en la de un pueblo que desborda una ciudad
para agradecerte las batallas, alegrías, tristezas y demás recuerdos que se le
pueda venir a la mente al centenar de gente que vino a despedirte. El mensaje
es claro: “EL HURACÁN BOLIVARIANO ESTA MAS VIVO QUE NUNCA”.
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